Si alguna vez te has echado una “cascarita” de cartas con la familia o los cuates, seguro has oído hablar del Conquian. Es de esos juegos que no faltan en las reuniones, especialmente si hay sobremesa y buena compañía.
En México y varios países de Centroamérica, el Conquian es toda una tradición, y no es solo de suerte: aquí se gana pensando, armando estrategias y claro, tirando buena onda.
¿De qué va el Conquian?
Este juego se juega con baraja española de 40 cartas (aunque también se puede con la inglesa) y con mínimo dos personas, máximo cuatro.
El objetivo es bien claro: el primero que logre bajar diez cartas sobre la mesa, gana. Pero no se vale hacerlo a lo loco, tienes que formar combinaciones específicas:
- Pares
- Tercias (tres cartas del mismo número)
- Corridas (tres o más cartas del mismo palo, en orden)
Así empieza la jugada
A cada jugador se le reparten 9 cartas. Antes de que empiece el mero mole, todos intercambian una carta con el jugador que tienen a la derecha.
Luego, el que está a la derecha del que repartió empieza tomando una carta del mazo. Si no le sirve, se la pasa al siguiente y así hasta que alguien la use.
Si nadie la quiere, se descarta y se toma la que sigue. Si alguien la usa, suelta una carta de su mano (se llama “pagar”), y esa va al siguiente jugador, quien puede decidir si la usa o también la pasa.
Reglas que hacen la diferencia
A diferencia de otros juegos parecidos como el Chinchón, aquí hay una regla bien clara, no puedes agarrar cartas del descarte para tu mano.
Solo las puedes jugar directamente en la mesa formando combinaciones. Lo mismo pasa con las cartas que alguien más “pagó”.
Cuando alguien baja un grupo de cartas, ya se quedan en la mesa. No hay vuelta atrás. Pero sí puedes reorganizar tus combinaciones, siempre y cuando sigan siendo válidas.
Y si te llega una carta que encaja perfecto con lo que ya tienes abajo, debes integrarla sí o sí, y hacer otro “pago”.
Si ya no tienes más cartas después de eso… ¡felicidades! Ganaste la partida.
El chiste del Conquian
El verdadero chiste del Conquian está en saber cuándo bajar tus cartas, cuándo aguantar y cuándo soltar.
Es un juego de táctica, de leer a los demás y de no regalar tus movimientos. Y aunque a veces parezca que todo depende de la carta que te toque, en realidad gana el que mejor acomoda lo que le cae.
Así que ya sabes, si quieres lucirte en la próxima reunión familiar o con los amigos, desempolva esa baraja y reta a un Conquian.
Eso sí, ve pensando si vas a dar la revancha… porque seguro te la van a pedir.